sábado, 21 de junio de 2008

Hoy: la "Sensación Mochila"

Hoy quiero contarles acerca de una experiencia que viví durante un viaje. Omitiré el nombre del lugar al que fui, porque no tiene relevancia en relación a la experiencia vivida.
Como lo anticipa el título, el objeto de mi nostalgia es lo que decidí en denominar sensación “mochila”. La palabra “mochila” está cargada de valor: para mí, desde aquél viaje, representa la sensación de libertad y adrenalina del viajero en tierras extranjeras y llenas de cosas por conocer, y que no tiene un rumbo planeado y cada día se descubre yendo hacia un lugar inimaginado el día anterior. Es la sensación de ser uno su propia brújula, de dirigirse hacia donde la curiosidad lo arrastre con insistencia.
Y siempre, por supuesto, acompañado de su mochila donde tiene todo lo indispensable para atravesar lo que se le interponga y luego guardarlo en forma de anécdota. La mochila, el bolso por excelencia del viajero actual, es el lugar donde éste lleva las cosas que considera “indispensables” para su viaje, sin las cuales podría hallarse en problemas y que por eso mismo, le dan seguridad ante cada paso que da. Documentos, mapas, alguna bebida, cámara de fotos, medicamentos, llaves, una muda de ropa, dinero, elementos de higiene, direcciones, teléfonos, algún sándwich… birome, papel. Luego el peso se va incrementando a medida que avanza el recorrido: piedras exóticas o encontradas en algún lugar significativo, caracoles, souvenirs, ropa mojada o sucia, monedas autóctonas para coleccionar, basura que va acumulándose.
Entonces podemos vaciarla y limpiarla un poco, pero a esta altura del partido, ya no hay más remedio, se sigue sintiendo pesada en la espalda: lo que se arrastra a cuestas hacia todos lados es el inquietante peso de la libertad.

3 comentarios:

Víctor Ariel Pagano dijo...

Hola, niña muy lindo texto, me hizo acordar a ciertas cosas...
Es muy loco como una frase para algunos puede significar libertad y para otros esclavitud...

Te mando un besote, nos estamos viendo!

Diego Torrent dijo...

Ay nena, no entiendo mucho lo que quisiste decir, pero me parecés muy elocuente y creativa.
¡Sos una personita muy especial!

Floren dijo...

me recuerda a mi y al peso de mi mochila! y considerando mi tamaño, pensá lo que me pesaba :P.
ahora, dejándonos de pavadas te digo; le agrego un condimento a esa mochila... el aprendizaje de las cosas vividas. Y así, nunca vas a poder sacarte el dolor de espalda; lo llevás siempre.